Cajas con roscas

Una variante muy diferente a las cajas a fricción son las cajas roscadas, que consisten en crear hilos coincidentes tanto en la tapa como en el cuerpo. En este post compartiré, desde mi humilde experiencia (aunque limitada), algo de información sobre esta técnica.

Existen dos métodos específicos para la tornería en madera:
Roscas a mano, mediante un par de herramientas llamadas peines (macho y hembra) para el roscado externo e interno, y utilizando un torno que trabaje a bajas revoluciones, entre 230 a 400 rpm. Además de algunos materiales de lubricación, es inmediato y depende mucho de la práctica.

Roscas por medio mecánico, utilizando el torno para fresar, junto con un accesorio como una mesa de coordenadas y un jig que permita generar el roscado externo e interno.

¿En qué circunstancias se utiliza generalmente uno u otro método?
El roscado manual con peines requiere, de manera indispensable, aplicarlo sobre maderas muy particulares, como el boj, Palosanto y otras similares. Estas especies son ideales, no tanto por su alta dureza, sino por otros elementos específicos que las componen como aceites naturales.

Si no se trabaja con maderas que posean estas características, al usar peines manuales obtendremos roscas defectuosas y dañadas.

En cambio, el uso del torno para fresar los hilos, combinado con un accesorio, una mesa de coordenadas o un jig comercial para crear la rosca, permite obtener buenos resultados, incluso en maderas de dureza media o alta que no permiten formar hilos limpios, como el nogal, e incluso en especies como el roble o el raulí.

Personalmente, prefiero utilizar el roscado manual con peines para fabricar insertos roscados en objetos de mayor tamaño, como botellas o ánforas, y así aprovechar al máximo las maderas recomendadas, que —al menos en mi país— no son precisamente abundantes.

Como funciona el roscado a mano

Primero que nada, la elección del tamaño del hilo suele estar estandarizada en 16 TPI, una rosca fina y adecuada para cajas e insertos. El proceso manual se denomina comúnmente como “perseguir hilos” y los peines van de a pares como herramientas de roscado: uno con los dientes ubicados en el extremo frontal (para rosca exterior en el cuerpo de la caja), y otro con los dientes a un costado del extremo (para el roscado interior de la tapa).

La velocidad es un factor importante en el roscado a mano. Lo habitual es trabajar entre 230 y 400 RPM, aunque puede variar ligeramente según el resultado buscado o la forma de trabajar de cada tornero. Los tornos que no cuentan con variador, por lo general, no alcanzan estas velocidades mínimas, aunque es posible modificarlos por medio de pedales o agregando otras poleas, adaptando así un torno convencional para trabajar a velocidades mínimas.

Caja de muestra realizada para este post

Las maderas deben reunir ciertas cualidades especiales: alta dureza y un contenido importante de resina o aceite natural. Esto permite que los hilos resultantes sean resistentes y no se deterioren al pasar repetidas veces el filo de los dientes del peine.

La técnica consiste fundamentalmente, en seguir con precisión el camino que han trazado los peines en pasadas anteriores, sin ejercer demasiada presión. Tanto la zona interna como la externa deben prepararse con un chaflán al comienzo (borde) y un canal o rebaje al final del área destinada al hilo, para permitir un corte limpio y la descarga de viruta.

Para la rosca interna (preferentemente empezamos con la tapa), se comienza cortando desde el borde, inclinando el peine desde la izquierda, y de a poco, mientras vamos creando los hilos, se avanza con repetidas pasadas hasta completar el marcado de la rosca con el peine.

En el caso de la rosca externa, el inserto deberá ser previamente 2 mm más ancho para compensar el espacio que ocuparán los hilos. El método para crear los hilos externos puede consistir en realizar un movimiento circular mientras se corta, alejando el peine y luego volviendo al inicio. Iremos probando con la tapa si enrosca con facilidad o no, para decidir si continuamos con el proceso de ajuste o si comenzamos de nuevo (borrando el hilo) en caso de que no encaje correctamente.

El proceso suele ser rápido, y es habitual que, al principio, pases sobre los hilos ya formados para comenzar nuevamente desde cero. He visto otros métodos, algunos con más o menos experiencia (me incluyo en los de menos), y todos pueden ser válidos. Lo importante es el resultado: el que buscamos o el que podamos obtener mediante nuestros recursos.

Algunas maderas para obtener buenos hilos a mano:

Boj (boxwood), Palosanto (lignum), Osage orange, Acebo, Palo negro (blackwood), Quebracho, Cocobolo, Cornejo, Caoba de montaña, arce duro, Manzano (modroño), Itin, Olivo, Bubinga, Algarrobo blanco.

En Latinoamérica podemos encontrar grandes exponentes de esta técnica, con recursos ideales para su desarrollo. Entre ellos destaca el experimentado tornero uruguayo Mauricio Kolenc. A continuación, dejo el enlace a su red social principal, donde comparte contenido muy interesante: link

En la próxima entrada veremos el roscado por medio de elementos mecánicos.

Fotos y contenido: Alejandro Perez, tornero de shakutaller.cl 

2025 Santiago, Chile

2 respuestas a “Cajas con roscas”

  1. Avatar de Pepe Carpintero
    Pepe Carpintero

    Comencé en la tornería para experimentar y me enamore de este noble oficio, agradezco esta iniciativa de Alejandro al crear este espacio y compartir su conocimiento, su aprendizaje practico y sus consejos.

    ¡¡ Gracias Master!!

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    1. Avatar de shakutaller

      Muchas gracias por el apoyo!!!

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Alejandro Pérez

Tornero de Shakutaller

Este espacio estará dedicado a explorar en profundidad el universo de la madera y la tornería. Cualquier aspecto que vaya más allá de una clase será abordado con explicaciones sencillas, presentando de forma realista las herramientas, las técnicas y, sobre todo, el torno, esa práctica y singular “Máquina Histórica”.