El hobbista en el ámbito de la carpintería local

¿Qué significa ser hobbista o aficionado en el ámbito de la carpintería local? ¿Cuáles son las diferencias entre un carpintero hobbista y uno profesional, más allá de su definición?

En la modernidad, la mayoría de nosotros nos convertimos en artesanos deslumbrados por la novedad y lo material, solo para, finalmente, añorar nuestro propio “Rosebud”: ese juguete sencillo o el objeto más trivial. Mientras tanto, el artesano tradicional enfrenta una paradoja: debe integrarse o competir en un entorno sofisticado y amateur, lo que lo obliga a mantener un oficio que parece disonante y anacrónico. No obstante, existe la posibilidad de abordar esta realidad, ya que las respuestas locales pueden ofrecernos juicios fundamentados y soluciones más técnicas.

En esta publicación me he propuesto un reto: dar un salto de fe al compartir en este blog el testimonio de otros, tanto de aquellos con quienes tengo un oficio en común como de quienes no. He invitado a contarme sus apreciaciones sobre el tema a artesanos que conozco hace años: Guillermo Campos (maestro mueblista), Jorge Orellana (@jorge.orellana.vera), Franco Valdés (@parquedemadera) y Jorge Bosch (@taller_Bosch) para ofrecer una visión del oficio enfocado principalmente en la carpintería.

Tener una afición implica altos niveles de entusiasmo e ilusión, concentrados en una persona que, en general, está en un proceso de búsqueda. Un aficionado disfruta de la libertad del tiempo, del permiso para equivocarse y, en muchos casos, de la ausencia de la necesidad de practicar un oficio de manera continua.

“Un hobbista no busca retribución económica siempre, solo busca recrearse en un espacio tipo taller, busca perfeccionarse por el reto mismo del proceso, y no ve la carpintería como negocio”.

-Jorge Bosch.

“No creo que el término hobbista esté relacionado con el nivel o la calidad del carpintero, sino más bien con el propósito de su trabajo en el taller.”.

-Jorge Orellana.

En paralelo, en el ámbito de la «tornería en madera», los aficionados somos un tipo de artesano en práctica perpetua, y lo seguiremos siendo por mucho tiempo, sin necesidad de obtener el sustento de este oficio. A veces, a raíz de nuestra posición de comodidad, invisibilizamos (sin querer) al verdadero artesano, que vive y respira gracias a su trabajo y que prácticamente a desaparecido o mutado hacia la mueblería.

“Hay algunas personas, debido a su gran estabilidad laboral, que pueden practicar la carpintería de manera recreativa, pero establecen estándares y barreras extremadamente altas. Intentan mostrar realidades que no comprenden, sin darse cuenta de lo difícil que puede ser vivir como carpintero”.

-Guillermo Campos.

“Está el que tiene su taller en casa y teniendo el sustento resuelto con su profesión base, puede permitirse invertir en maquinaria para armar su taller y el tiempo para investigar el oficio. Y también está el que asiste a cuanto curso hay a disposición”.

-Franco Valdés.

Claramente y a grandes rasgos esta diferencia entre un aficionado y un profesional se encuentra en un conocimiento variado de técnicas nuevas o vivir de este oficio con lo aprendido por la práctica. Pero en lo profundo de este concepto existen diferencias que van desde lo social al típico prejuicio que a sido expuesta la artesanía, y el resultado de la eliminación de los oficios manuales dentro del sistema educación formal.

“La curva de aprendizaje quizás es más corta en el hobbie, pero la experiencia toma un tiempo más largo, dada la cantidad de cosas o situaciones a las que tiene que enfrentar el carpintero profesional.  Pero lo principal es la mirada frente al oficio, uno lo ve como un pasatiempo, el otro como un estilo de vida, quizás se pueden encontrar, pero no es lo mismo”.

-Jorge Bosch.

“Como profesional de la madera, he trabajado con dueños de carpinterías que, aunque muchos los consideran profesionales o expertos, a menudo tienen un conocimiento limitado, apoyado en prácticas y aportes de sus propios trabajadores, lo que distorsiona la realidad de los verdaderos artesanos carpinteros”.

-Guillermo Campos.

“En Chile, es complicado definir al ‘carpintero profesional’, ya que no existe una profesión formalmente establecida como carpintero, mueblista o ebanista. La categorización de ‘profesional’ en un oficio se obtiene a través de los años de experiencia y la práctica, lo que hace que la línea entre considerarse o no profesional sea bastante difusa”.

-Jorge Orellana.

Para ofrecer otro paralelo sobre un oficio en particular, la dificultad de encontrar una definición precisa de quién merece el calificativo de profesional en carpintería difiere completamente de la situación en otros oficios. En la tornería en madera generalmente, esto depende del simple hecho de sobrevivir o no de la actividad, y no de cómo cada uno quiera interpretar su realidad en el medio. Estas diferencias, muy respetables debido a la complejidad de muchas actividades artesanales, pasan desapercibidas en el ámbito de la tornería.

“Estos términos no están completamente definidos, pero, según mi experiencia como carpintero aficionado y profesional, un carpintero hobbista practica la carpintería como pasatiempo; un profesional tiene años de experiencia y un gran dominio técnico, y un carpintero a tiempo completo depende económicamente de este oficio”.

-Jorge Orellana.

“El aficionado puede dedicar semanas o meses a una pieza, resolviendo ensambles y diseños, pero carece de la experiencia que el carpintero profesional adquiere con horas en el taller. El profesional resuelve problemas al instante, mientras que el aficionado podría tardar semanas investigando, tiempo que el profesional no se puede permitir, ya que necesita generar ingresos que el aficionado ya tiene asegurados”.

-Franco Valdés.

“Ser un profesional de la carpintería no está necesariamente ligado al reconocimiento. Se tiende a ignorar a los carpinteros asalariados, muchos no los consideran profesionales y valoran más a quienes tienen su propio taller. La idea de que ser carpintero se lleva en la sangre también es extraña, y algunos aficionados, sin conocer el oficio a fondo, intentan presentarse como ejemplo de los verdaderos profesionales”.

-Guillermo Campos.

Finalmente, me quedo con la brevedad de una respuesta que nos puede ofrece una idea más general, y sobre la importancia del ambiente amateur.

 “El circuito hobbista es un lugar que algunos habitan y que genera una diferencia importante frente a los que viven de esto. Lo principal es la mirada frente al oficio, uno lo ve como un pasatiempo, el otro como un estilo de vida”

-Jorge Bosch.

Alejandro Pérez, Tornero de shakutaller 

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Alejandro Pérez

Tornero de Shakutaller

Este espacio estará dedicado a explorar en profundidad el universo de la madera y la tornería. Cualquier aspecto que vaya más allá de una clase será abordado con explicaciones sencillas, presentando de forma realista las herramientas, las técnicas y, sobre todo, el torno, esa práctica y singular “Máquina Histórica”.